Ferran Torrent
Ed. Bronce 1ª edición, 1999 / Ed. Columna 1ª ed. 1997
Traducción de Maria Josep Marín Jordà
ISBN: 84-89854-88-2 / ISBN: 84-8300-252-3
163 Páginas / 198 páginas
Ferran y Josep, aquellos jóvenes personajes que aparecían en Gracias por la propina, tienen ahora un bar, el Hollywood, que es frecuentado por un periodista, un coronel borracho del ejército, un teniente, una prostituta, un profesor de estética retirado, un hombre con problemas neurológicos…
La vida tranquila de Ferran y Josep –Pepín- se ve de pronto sacudida por la aparición de un antiguo amigo anarquista, Quim, que pretende vengarse de la muerte de una amiga. Su amiga se suicidó en la comisaría del teniente del Río después de recibir innumerables torturas; ahora Quim quiere asesinar al teniente del Río. Sin embargo el golpe sale mal y del Río detiene a Eric el Francés, un amigo anarquista de Quim, que será sometido también a torturas y chantaje: si aceptan matar al coronel, seguirán con vida Quim y él, pero si se niegan, morirán los dos.
En plena época franquista, cuando las torturas en las comisarías era algo frecuente y la figura de un teniente de la Guardia Civil hacía temblar las piernas al más inocente, ocurre esta historia de venganza, chantaje, represión, juego, amor y sexo. ¿Qué pretende conseguir el teniente con la muerte del coronel? ¿Aceptarán Quim y el Francés o será una trampa? ¿Qué papel juegan Josep y Ferran en todo esto?
No es exactamente una novela de género negro o policíaco, pero tiene muchos de sus ingredientes: la figura de un policía tirano, un anarquista en busca de venganza y entre medio un asunto de amor e infidelidad y la figura de dos inocentes que se ven metidos, sin quererlo, en una trama peligrosa.
Hay dos aspectos interesantes que destacar en esta novela: uno es, precisamente, el tema del género. No es la única vez que el autor ha recurrido a este tipo de juego argumental con personajes semejantes. La saga formada por el detective Butxana, por ejemplo, también tiene una temática muy similar con personajes muy parecidos. No es de extrañar, porque la literatura de Ferran Torrent gira en torno a unos mismos puntos: hay personajes que reaparecen en sus novelas (Fino, Ferran, Josep, Toni el Largo, Butxana…); el escenario es el mismo (las calles de Valencia o sus pueblos de alrededor) con sus bares, sus calles llenas de prostitutas, los alcohólicos, los miserables, los afortunados… Es decir, en las novelas de Torrent es como un círculo donde muchas obras remiten a otras tantas suyas y nada escapa de ahí, es su mundo, su Valencia. Pero este mundo no es estrictamente cerrado, ya que el hecho de que sea Valencia el escenario podría significar que esta ciudad es tan universal como lo es Londres, París o, sin ir tan lejos, Barcelona. Muchas novelas, sobre todo de misterio, recorren las calles de Barcelona, pero hay muy pocas que lo hagan por Valencia y el autor demuestra que ahí también ocurren cosas, que hay lo mismo que en todas partes, simplemente hay que reparar en ellas. Ahí está la clave del segundo punto, los escenarios que son recurrentes.
Finalmente hay que destacar el juego entre realidad y ficción: en la obra de Torrent hay mucho de verdad, pero a la vez lo hay de invención. No sabemos hasta qué punto lo que leemos forma parte de la memoria del autor o de su imaginación, que cada cual lo interprete como quiera.
Lo que sí está claro es que Ferran Torrent es un gran autor con un mundo propio tan apasionante como los mundos de Marsé, Vázquez Montalbán… Con La mirada del tahúr ha demostrado su valía como novelista, al igual que lo ha hecho con otras novelas tan absolutamente imprescindibles como Gracias por la propina.
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