Travels in the Scriptorium
Paul Auster
Traducción de Benito Gómez Ibáñez
Editorial Anagrama
1ª edición, 2007
Género: Novela
185 páginas
ISBN: 978-84-339-7117-3
En una estancia aislada aparece un anciano desorientado. No sabe por qué está ahí ni hasta qué punto está encerrado. En la habitación hay un escritorio con un manuscrito y unas cuantas fotografías. Mr. Blank, el anciano, intenta averiguar el auténtico motivo de su encierro y su única posibilidad es revisar ese material y preguntar a las personas que van entrando en la habitación. Pero Mr. Blank ya está muy mayor, apenas puede mantenerse en pie, le cuesta recordar su pasado e incluso olvida preguntar a los demás cuando le vienen a visitar. Sin embargo, sabe que años atrás encabezaba una importante misión y algunas de sus decisiones perjudicaron a muchas personas.
Lo que encontramos en Viajes por el Scriptorium es una historia bastante atípica en Auster. De hecho, son dos narraciones en una. La primera es la que nos relata el narrador (un anciano en una habitación...) y la segunda es la que nos explica Mr. Blank (una historia de ciencia ficción con pueblos primitivos luchando contra la llamada Confederación). Ambas narraciones están encadenadas en un relato circular donde los personajes dominan a los autores y donde lo autores deciden sobre los personajes.
Aunque ésta sea considerada como una novela menor en la trayectoria de Auster, la verdad es que no se puede obviar el valor metaliterario de Viajes por el Scriptorium. El lenguaje es extrañamente rudo (habría que mirar si es cosa del traductor) y algunas situaciones no parecen propias de Auster, sino que se adentran en lo absurdo y en lo kafkiano. Da la sensación de que el autor quiso ponerse a prueba a sí mismo y a sus lectores. Depende de cada uno de sus seguidores saber si el reto le salió bien o mal. Para mí, bastante bien.
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