jueves, 17 de julio de 2008

'El aroma de tu aliento', Melissa P.

Estamos ante la segunda novela de Melissa P. En esta ocasión la que narra ya es una joven autora de diecinueve años algo trastornada por el éxito de su primera obra, Los cien golpes. Ahora vive en Roma y nos cuenta su relación con los chicos. Aquí no entra demasiado en el aspecto sexual de sus relaciones, ya que busca más el amor que el sexo, aunque parece que no se le da demasiado bien, sobre todo cuando incluso la muerte es un ente que divaga por su mente.

Si bien en la primera novela, Melissa nos hablaba de lo bien llevadas que tenía sus relaciones sexuales, ahora nos cuenta, no solo el tormento de su relación con los chicos, sino también con sus padres y con el éxito.

Estamos ante una novela muy surrealista, el mundo onírico está muy presente en estas páginas: pequeños hombrecillos que salen del cuerpo de Melissa y se pierden por el retrete, libélulas que anidan en su pelo como símbolo de un cierto temor... No podemos dejar de acordarnos de la figura de Dalí, el gran pintor que en sus cuadros surrealistas mezclaba el mundo onírico que él mismo vivía, fusionando el temor que sufría por los insectos que visitaban sus sueños, curiosamente también libélulas, y el tormento del sexo.

Podríamos decir sin ser demasiado atrevidos que estamos ante la versión novelada de El gran masturbador de Salvador Dalí. Si bien en el cuadro hay referencias al padre del pintor mezclando esto con ciertos traumas sexuales suyos, en la novela, Melissa P. va a dibujar la figura de la madre como objeto de una extraña fusión entre deseo y angustia.

Les animo a que hagan la comparación de la novela y el cuadro y verán como una cosa les trae a la cabeza la otra. Necesariamente debería ser la novela que les recuerde al cuadro, claro.

Sin embargo el surrealismo visual es más fácil que entre por los ojos al lector que el que viene entre líneas de una novela. Quizá por eso dicen que vale más una imagen que mil palabras. La cuestión es que cuando leemos El aroma de tu aliento, tenemos la sensación de no entender exactamente qué ha querido decir la autora con esta novela. Quizá Melissa P. ya esté colmada de éxito y se tome la libertad, demasiado deprisa, de escribir ciertas impresiones sobre sí misma sin pararse a establecer cierto orden necesario.

Se entiende que la autora ha querido escribir sobre su mundo interior, lo más oscuro de ella: sus temores, su extraña relación con sus padres, los noviazgos sacrificados por la confusión entre amor, deseo y muerte... Podríamos pensar que ha sido a través del mundo de los sueños, del surrealismo, la única forma que ha encontrado para expresar todo este mundo de sensaciones confusas. Aunque también podemos creer que no sabía exactamente qué contarnos en una segunda novela y ha escrito lo que le ha ido viniendo a la cabeza sin emplear demasiado tiempo en revisar lo que salía de su mano.

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