Miquel es un hombre inestable que, tras salir de la cárcel, entre a trabajar como funcionario en Bienestar Social, lugar donde una persona con antecedentes puede ejercer como funcionario. Pero el trabajo parece no gustarle demasiado y no pierde oportunidad de ponerlo de manifiesto ante sus compañeros y su jefe.
Una de sus clientas, Elisa Solbes, que viene a hacer una consulta rutinaria, empieza a explicarle el motivo de su bajo estado de ánimo debido al interés que muestra Miquel. Y en este momento da un giro la vida del funcionario que, en pocos días, es despedido del trabajo y empieza a investigar un asesinato, del cual han detenido al vecino y amigo de Elisa, sin saber que él mismo puede ser un daño colateral en esta trama.
Novela de género negro de la escritora Isabel-Clara Simó con telón de fondo Barcelona. Un hombre inestable, como muchos de los personajes masculinos de la autora, y una mujer desesperada entran en una historia de misterio, con un asesinato de por medio.
Miquel cumple el papel de investigador aficionado, con muchos problemas en su mente. Irá recorriendo los lugares más recónditos del centro de Barcelona y recurrirá a pintorescos amigos para que le den pistas sobre el asunto.
Nos podría recordar a las tramas de Eduardo Mendoza (con la trilogía El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras). Lo cierto es que escribir novela negra y hacer que la historia ocurra en Barcelona, tiende a dar buenos resultados.
Dicho todo esto, hay que decir que la novela es corta, que se lee bastante deprisa y es una lectura bastante amena. Sin embargo hay que decir que pierde fuerza a medida que vamos llegando al final. En muy pocas páginas (en las últimas) se nos da más información sobre la historia que en todo el resto de la novela, donde se centra más en hacer un perfil psicológico de los personajes. Precisamente por ello da la sensación de que todo acaba demasiado precipitado y donde se intentan encajar ciertas piezas de un puzzle de una forma algo forzadas.
El estilo es marca de la casa de la autora, un estilo directo, agresivo, sin tapujos, que intenta exponer las cosas tal y como son, sin más ornamentación retórica innecesaria excepto un léxico muy trabajado. La novela se perfila como una interlocución con el lector, donde el narrador incluso se dirige directamente al que lee.
En resumen, es una novela entretenida de leer, sobre todo si se es un apasionado del género negro y de la ciudad condal como telón de fondo, pero no pasa de ahí: del puro entretenimiento.
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