Roberto Arlt
Editorial Cátedra (ed. Flora Guzmán)
1ª edición, octubre de 1992
Género: Novela
352 páginas
ISBN: 978-84-376-1119-8
Remo Erdosain es un hombre desquiciado al que han delatado por robar en la empresa azucarera en la que trabaja. El director de la empresa le obliga a devolver inmediatamente lo sustraído, pero Erdosain se lo ha gastado. Así que no le queda más remedio que pedir esa cantidad para no ser denunciado.
El primo de su esposa, Barsut, un hombre al que odia profundamente pero a la vez la persona más cercana que tiene, le niega la ayuda económica. Remo va a casa del Astrólogo, un amigo, y este le dice que tampoco puede ayudarle, pero le explica de paso sus proyectos de futuro.
El Rufián Melancólico, un proxeneta amigo del Astrólogo que se haya en ese momento en casa de éste, le da el dinero sin pensarlo. Erdosain atiende cuál es el proyecto que el Astrólogo y el Rufián quieren llevar a cabo.
Y se trata de una sociedad que sirva para cambiar el mundo, un grupo revolucionario que llegue al poder y pueda hacer y deshacer a su antojo. Para ello deben convencer a la población y engañarles, hacerles creer que sea cual sea su sueño, esa sociedad se lo va a proporcionar. Además, el sustento económico del grupo revolucionario son una cadena de prostíbulos.
Cuando Erdosain regresa a su casa, se encuentra a su esposa y a un militar de aviación, que le comunican que ambos se aman y que su mujer lo abandona. A partir de ahí, Erdosain se une a la sociedad del Astrólogo con otros personajes igual de disparatados que él. A partir de ahí, empiezan las más absurdas situaciones.
Casi podríamos decir que igual de extraños resultan los personajes de esta novela como el propio Roberto Arlt. Este era un argentino que buscaba la fórmula maestra para ganar dinero, mucho dinero. Creía que eso lo conseguiría con el oficio de inventor, pero nada de lo que ingeniaba tenía éxito, igual que le ocurre al protagonista de la novela, Erdosain, que también es inventor.
Y el éxito le llega a través de la escritura. Algunos contemporáneos suyos dicen de él que era un escritor que escribía mal, pero los jóvenes autores lo toman como modelo varios años después de la publicación de la novela, ya cuando Arlt muere. La obra aparece en 1929, momento en que las vanguardias y las nuevas formas de expresión despegan con fuerza.
1929 es, además, un momento difícil para los argentinos. Época en que la crisis está ya arraigada en el país. Y ese panorama es el que podemos ver en la novela. Una sociedad desquiciada, que no sabe qué hacer para mantenerse a flote. Gente que está acostumbrada a las revoluciones y a los golpes de estado en Latinoamérica. Además figura aquí el engaño como medida para llegar al poder, así como la obtención de financiación mediante formas turbias. Y ante ese panorama, vemos estos siete personajes, siete locos, que buscan su forma para sostenerse en esa sociedad y además revolucionar, no solo Argentina, sino el mundo. Situaciones disparatadas y absurdas que nos arrancan la carcajada en todo momento. Dicen de Arlt que fue un precursor del existencialismo, y la verdad es que cuando uno lee Los siete locos recuerda ese existencialismo absurdo del teatro de Beckett o de las novelas de Kafka.
En definitiva, una novela loca que sirve, no solo para hacernos disfrutar, sino también para hacer un reflejo de lo que era la sociedad argentina de los años 20-30. Una maravilla.
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