(Acide sulfurique)
Amélie Nothomb
Traductor: Sergi Pàmies
Editorial: Anagrama (1 edición, 2007)
Colección: Panorama de narrativas, 658
167 páginas
ISBN: 978-84-339-7121-0
Pannonique es arrestada un día sin saber por qué y llevada a un campo de concentración. Aunque ella todavía no lo sabe, va a ser protagonista de un reality show que consiste en la recreación de los campos de exterminio nazis. Pannonique tendrá que abandonar su nombre para ser conocida como CKZ 114, al igual que el resto de personas que se encuentran en su misma situación. Ella ha sido llevada al campo por azar, después de una redada de los organizadores del programa. No hay ningún juicio de selección más allá que el puro azar.
A partir del momento en que entra a ese infierno, deberá vivir bajo las mismas circunstancias que los judíos de Auschwitz o Mauthausen. Pannonique –CKZ 114- se verá sometida a golpes, al hambre, verá cómo sus compañeros son llevados al paredón y, para colmo, tendrá que enfrentarse al deseo sexual de una de las kapo que la vigilan, Zdena. Y todo mientras decenas de cámaras lo graban todo. Pannonique se erigirá rápidamente como auténtica protagonista del programa. Ácido sulfúrico es una novela tan sencilla como corta. Amélie Nothomb aprovecha la historia del Holocausto para hacer una dura crítica a los programas tipo Gran Hermano o Supervivientes. El programa pensado por la autora es un campo de concentración con cámaras 24 horas. Las condiciones en las que tienen que vivir los concursantes son las mismas en las que se encontraron los judíos. Este reality show cuenta con la permisividad de los políticos y con las cotas de audiencia más altas de la historia (hasta el punto que el 100% de la población en un determinado momento está pegado a la pantalla).
La protagonista de la novela, Pannonique, llega a dirigirse a los espectadores y les increpa diciéndoles que son ellos los auténticos culpables de que ese programa se está llevando a cabo. Entre los compañeros de Pannonique discuten quién tiene más culpa de todos: los kapos –que les golpean y deciden quién debe morir-, los organizadores del programa –por tan macabra idea-, los políticos –por permitir el espacio- o los espectadores. Esa discusión es la que podemos trasladar a la actualidad, con los programas de televisión de ahora y donde el morbo parece no tener límites. La insensibilidad del espectador crece frente al ansia de ver sufrir al prójimo (ver cómo padece hambre en una isla, ver cómo dos concursantes se enzarzan en una pelea, etc.). Ni los escritores de ciencia ficción y aventuras más retorcidos de hace décadas podrían haber imaginado una cosa así. Si levantara la cabeza George Orwell (autor de 1984) o Daniel Defoe (autor de Robinson Crusoe)…
Amélie Nothomb plantea una reflexión sobre lo que estamos permitiendo como espectadores. Lo que ahora nos parece extraño y aberrante –un programa que imite los exterminios nazis- en un futuro, quizá no muy lejano, puede que sea factible. Ácido sulfúrico es un breve relato que tiene más valor por lo simbólico que por lo que dice en sí, a pesar de que Pannonique no duda en gritar al gran público lo que está provocando al dar audiencia a ese programa.
Analogías y críticas al margen, la novela en sí es bastante fácil. Basta con escribir un relato sobre el Holocausto con la diferencia de que se incluyen cámaras. Y lo demás ya viene solo, sobre todo si tenemos en cuenta que el lector que lee este libro, no se considerará espectador de los reality shows de actualidad, por lo que habrá una rápida complicidad lector-autora. La relación entre los personajes permite a la autora reflejar la fragilidad y la crueldad humana, pero sin llegar a pretender que el lector se arranque a llorar ni nada por el estilo. Ácido sulfúrico es la excusa para que nos planteemos hasta dónde seríamos capaces de llegar y hasta dónde será capaz de llegar la televisión. Esperemos que ningún día tengamos que decir aquello de "si Primo Levi levantara la cabeza…".
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