lunes, 13 de octubre de 2008

'Derrumbe', Ricardo Menéndez Salmón

Derrumbe
Ricardo Menendez Salmón
Editorial Seix Barral
Colección Biblioteca Breve
1ª edición, mayo de 2008
Género: Novela
ISBN: 978-84-322-1256-7
192 Páginas

La hipotética ciudad de Promenadia está siendo atacada. Por un lado un asesino sigue un ritual de muertes extraño: deja un par de zapatos al lado de cada cadáver. Su motivación no es más que la pura necesidad de matar, porque tal y como apunta en sus cuadernos, "el mal encuentra justificación en su existencia". Por otro lado, un grupo de chicos ha decidido emprender una serie de acciones macabras para aterrar a la población: introducir agujas en los envases de leche, envenenar el agua de las fuentes públicas y hacer explotar el parque temático de Corporama.

En mitad de estos ataques, se encuentran los inocentes (¿indiferentes?) ciudadanos de Promenadia, que ante el terror, no les queda más remedio que aceptarlo y seguir adelante. Valdivia solamente está preocupado por su hija, Vera, una chica amiga de los jóvenes delincuentes de Promenadia que tiene extrañas aficiones sexuales que preocupan a su padre. Manila, por su parte, trabaja en el caso del asesino de los zapatos, aunque está demasiado angustiado por su situación familiar.

La novela plantea una pregunta interesante: si después de los sabotajes, Promenadia decide reconstruir los destrozos, ¿para qué ha servido el terror? Valdivia encarna al personaje demasiado preocupado en la educación de su hija, tanto que lo que ocurra en la ciudad solamente se puede asumir con resignación y con la mirada hacia adelante. Pero la niña es una chica rebelde, difícil de reconducir. Ella es más afín al terror que están sembrando sus amigos en Promenadia. Terror gratuito sin más objetivo que el placer de sembrar la alarma. Lo mismo ocurre con el asesino de los zapatos: no tiene motivaciones, solamente dar rienda suelta a sus impulsos tanáthicos.

El eje de Derrumbe es, por lo tanto, el terror en sí mismo. Ante los ataques, los ciudadanos o se resignan o actúan del mismo modo. Ricardo Menéndez Salmón se ha erigido como un sacudidor de conciencias, capaz de mostrarnos la realidad en que vivimos mediante historias aparentemente sencillas. Lo importante en la novela no es una trama, no estamos ante una novela de misterio, sino que Derrumbe es una alusión a cómo actúa la sociedad. En Menéndez Salmón es más importante el juego de alusiones que lo que dice de forma explícita. Basta una simple cursiva en un momento dado para que el lector se mueva en su asiento en un ejercicio de reflexión ante una inteligente y hábil explosión de realidad. Nada es baladí en la prosa de Menéndez Salmón. Como ya demostró en La ofensa (Seix Barral, 2007), cada detalle está pensado, cada cabo queda perfectamente sujeto.

Las páginas de Derrumbe están repletas de filosofía que nos instan a recapacitar de una forma amena pero dura a la vez de cómo nos desenvolvemos en la sociedad posmoderna. Existe el terror, como existe la destrucción. No podemos evitar que el caos caiga sobre una ciudad (llámesela Nueva York, Madrid o Promenadia), lo que importa es cómo el ser humano se enfrenta al horror. ¿Intentar dar fin con el asesino supone acabar con la tragedia? ¿Volver a levantar las piedras de lo destruido oculta el rastro de sangre? Cada uno de nosotros tiene una forma diferente de asumirlo, aquí está Ricardo Menéndez Salmón para impedir que se duerman nuestras conciencias. Porque esto es cosa de todos…

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