El señor Linh huye de la guerra que asola su aldea. Después de que su hijo y su nuera hayan muerto en un ataque bélico, decide que tiene que poner a salvo a su nieta, por lo que no duda en subirse a un barco y emigrar. Pero al otro lado del mar las cosas no parecen ser mejores y se siente como un monigote viejo que sufre el desprecio de los demás.
Llegué a esta novela después de leer El informe de Brodeck (Salamandra, 2009), libro que me dejó gratamente impresionado. Imaginé que después de haberlo leído, esta otra breve novela no me dejaría tan buen sabor de boca. No sé por qué, pero supongo que imaginaba que El informe de Brodeck dejaba el listón demasiado alto. Pero dios bendiga a Philippe Claudel por haber escrito esta obra maestra: La nieta del señor Linh.
En poco más de cien páginas el autor nos transmite un cúmulo de sensaciones. Nos acercamos a la desesperación de un anciano que quiere salvar a toda costa a su nieta; también vemos que a veces la palabra es lo menos importante para la comunicación, ya que el señor Linh se hace amigo de un hombre que habla una lengua diferente; vemos hasta qué punto llega el desprecio de la gente con los emigrados de la guerra y vemos cómo de dolorosa es la soledad y horribles los conflictos bélicos.
A Claudel no le hace falta ni una página más para demostrar la gran solvencia que tiene y la milagrosa historia que es capaz de contar. La nieta del señor Linh es pura literatura, de esas obras que uno jamás dejaría de recomendar.
2 comentarios:
Muy pocos autores contemporáneos tienen la sensibilidad de Philippe Claudel. Y no hablo sólo de literatura (maneja la lengua de manera excepcional; siempre me sorprende su particular uso del símil y de la imagen). Su película Hace mucho que te quiero es un ejemplo claro de lo que digo. Claudel es un auténtico artista, un artista global, con todo lo que implica dicho término.
Historia estremecedora, tierna, que te hace reflexionar sobre como somos realmente, sobre el valor de la amistad y de la necesidad que tenemos de aferrarnos a "lo nuestro"y valorar realmente lo que de verdad vale la pena.
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