Empar Fernández y Pablo Bonell Goytisolo
Ediciones Pàmies
1ª edición, mayo de 2009
Género: Novela negra
235 páginas
ISBN: 978-84-96952-37-9
El detective Escalona es requerido por su antiguo compañero, el inspector Simón Garrido, para que lo vaya a ver al hospital, donde está a punto de morir. Garrido le cuenta que el día que murió Franco, en la estación de ferrocarril de Paseo de Gracia, un tal Alberto Boisgontier, detenido poco antes por ser activismo comunista, fue arrollado por un convoy y falleció. Garrido no quiere morir sin saber las causas exactas de esa muerte que ocurrió hace más de treinta años. Sospecha que no fue un accidente y le pide a Escalona que lo averigüe. Es su último deseo.
Dos casos diferentes integran esta novela detectivesca. Por un lado, el más importante, saber quién mató a Alberto Boisgontier. Por otro, averiguar qué ha pasado realmente con una anciana que aparentemente ha muerto de forma natural en su piso. La primera está, en líneas generales, bastante bien resuelta. Es la historia que lleva el peso de la novela, la que mantiene más intrigado al lector. En ese sentido, debo decir que desde el momento en que empecé a leer el libro, no pude parar hasta acabarlo.
Sin embargo, una vez llegado al final, tuve la sensación de que a la novela le faltaba algo más de fuerza, una culminación potente, una vuelta más de tuerca para que el lector se encuentre con un giro que no espera y que no acaba de llegar. En cuanto al caso de la anciana muerta, los autores han sabido jugar con los pequeños detalles, crear ese ambiente de misterio y, desde luego, la narración progresa a buen ritmo, pero también han dejado al lector con un final poco conclusivo.
Por otro lado, la historia de la periodista que husmea donde no debe no tiene cabida en la novela. Nadie se cree que un diario publique una noticia de una anciana muerta en su casa, porque eso ocurre todos los días. Y, desde luego, ningún diario afirmaría que la policía "da palos de ciegos" en referencia al caso de una mujer mayor que, sin pruebas de peso que indiquen lo contrario, ha muerto de forma natural. El personaje de la periodista le quita verosimilitud a la novela.
No obstante, en conjunto, Un mal día para morir es una obra de esas que enganchan y que te animan a seguir leyendo. Las descripciones son muy buenas y los personajes están bien perfilados. El detective Escalona, protagonista de una saga detectivesca, es de esos tipos que atraen, de los que uno quiere seguir leyendo. Pero es necesario retorcer un poco más la trama y darle a la novela el final que merece.
No obstante, en conjunto, Un mal día para morir es una obra de esas que enganchan y que te animan a seguir leyendo. Las descripciones son muy buenas y los personajes están bien perfilados. El detective Escalona, protagonista de una saga detectivesca, es de esos tipos que atraen, de los que uno quiere seguir leyendo. Pero es necesario retorcer un poco más la trama y darle a la novela el final que merece.
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