Toni Butxana es un detective privado venido a menos. En pocos días recibe dos encargos: uno es aparentemente cotidiano, vigilar a una esposa infiel; el otro es hacer un seguimiento detallado de un político socialista de Valencia.
Pero lo que aparentemente era sencillo, destapar una infidelidad, se convierte en un caso realmente importante que afecta, no solamente a un importante empresario valenciano, sino también a su propia vida.
Con la ayuda de un comisario casposo que ansía el momento de descubrir el caso de su vida y un periodista hambriento de noticias, Butxana se pondrá manos a la obra para averiguar por qué razón su pasado, el asesinato de una prostituta, la reaparición de un viejo amigo y la infidelidad que sufre el empresario que lo ha contratado están tan relacionados.
Cambres d’acer inoxidable (editorial Columna) es una novela policíaca, con un detective privado esperando que le lluevan los casos, básicamente, de los maridos despechados que quieren saber qué hacen sus esposas; pero como ocurre en las novelas de este género, de repente al detective le aparece un caso que no esperaba y en el que se implica más de lo que pensaba. Toni Butxana es como Pepe Carvalho de Vázquez Montalbán.
Desde el principio de la novela se nos presenta por dónde va a tirar el personaje: prefiere estudiar al político socialista para pasar la información a un hombre anónimo que seguramente la utilizará para hacer chantaje en las próximas elecciones. Así, deja que sea su compañero, Fede, quien se ocupe de la esposa promiscua.
Pero, como decíamos, las tornas cambian y deberá dar prioridad al otro caso. El autor consigue este cambio de rumbo de una forma muy rápida y sin dar demasiados detalles. Solventa el asunto del político haciendo que Butxana sepa toda la información de la noche a la mañana, sin especificarnos cómo la ha conseguido. Igual que ocurre con alguno de sus compinches –el periodista, el comisario…-, que averiguan cosas, sin que el lector sepa cómo. Y no es que esté mal, porque en una novela no hay que contarlo todo, pero teniendo en cuenta que es policíaca, debería habernos despejado ciertas dudas argumentales de una forma más concreta.
Aparte de esto, se disfruta mucho leyendo la novela. La tensión argumental está bien trabajada y los personajes bien perfilados. La trama se resuelve en las últimas páginas, por lo que la incertidumbre nos lleva hasta el final, algo importante en este tipo de novelas.
Entre ambas investigaciones no hay ninguna relación, así que intuimos que el autor ha querido centrarse en la historia principal, la de la mujer infiel, pero le faltaban páginas y seguramente necesitaba desviar la atención del lector, así que intercaló lo del político.
En cualquier caso, una novela muy entretenida, que deja buen sabor de boca y te anima a leer más historias de este detective privado y sobre todo, de su autor, Ferran Torrent.
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