Un caballero que ama a una princesa es llevado a la cárcel de amor por el deseo, donde todo aquel que ama y no es correspondido es apresado. El caballero busca un mediador para que vaya a la princesa a pedirle piedad, pero ella se muestra fría e impenetrable. Ante el rechazo, el caballero se consume poco a poco de amor.
Esta novela corta fue escrita en 1492 y supone un antecedente a La Celestina en cuanto a su temática. El caballero es un enamorado hasta la extenuación de una dama que no lo hace caso, que además es de una clase superior a la suya. Estamos hablando del amor cortés, que tan importante ha sido para la literatura medieval.
Al igual que Calisto, también el caballero busca aquí a su alcahuete que le ayude a conquistar a su amada; pero ella, siguiendo el patrón de las mujeres del amor cortés, es fría, causa dolor y no atiende a súplicas por una cuestión de honra. A ella le importa más su fama que su vida, al igual que a su padre, el rey, que está dispuesto a ejecutar a quien sea por mantener el buen nombre de su estirpe.
Pero lo que caracteriza a los caballeros enamorados, es que están dispuestos a morir por amor antes que vivir sin esperanza, y en este caso es así: le pide a la princesa que si ella es feliz con su muerte, se lo pida. Ella demuestra una indulgencia engañosa y a la vez trágica.
Lo mejor de la novela, sin duda, las últimas páginas: son absolutamente conmovedoras. Cárcel de amor es una estupenda obra en la literatura española que, desgraciadamente, se tiene demasiado olvidada.
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