Ferran Torrent
Editorial Destino (1ª edición 2002) / Edición en catalán: Columna (2002)
Colección Áncora y Delfín
Traducción de Felip Tobar Pastor
Género: Novela
ISBN: 84-233-3356-6
360 Páginas
Juan Lloris es uno de las más importantes empresarios de Valencia y está decidido a hacer lo que haga falta para que su poder vaya en aumento; Francesc Petit es el Secretario General del Front Nacionalista Valencià (Frente Nacionalista Valenciano), un partido minoritario y extraparlamentario que lucha por acabar con el bipartidismo de las dos grandes fuerzas: socialistas y conservadores; Julia Aleixandre es la encargada de hacer el trabajo sucio de los conservadores, negociar con otras fuerzas, tratar con empresarios... cualquier cosa para que su partido alcance la mayoría absoluta en las próximas elecciones; José María Madrid es del PSOE y, al igual que Julia, trabaja duro para los intereses del partido, aunque su objetivo es que los consevadores no obtengan esa mayoría; Joaquim Cordill es empresario de Gramoxín, una empresa de pesticidas cuyo nombre ha adoptado también el hijo de Juan Lloris, Lluis Lloris, para su grupo de música dura, Cordill está dispuesto a chantajear para que su reputación aumente en la empresa; Oriol Martí es el asesor personal de Juan Lloris e íntimo amigo de Julia Aleixandre, no tiene escrúpulos en utilizar sus contactos para crear su propia empresa; Jesús Miralles es un periodista venido a menos que está a la espera de la gran oportunidad de demostrar lo que todavía es capaz de hacer, cueste lo que cueste; Rafi es un proxeneta que no duda en explotar a prostitutas y utilizar ciertos privilegios para ganar más dinero.
Es una historia, en pocas palabras, de ambiciosos sin escrúpulos que buscan la oportunidad de obtener más beneficios personales a costa de quien sea y con los medios que sean: extorsión, chantaje, coacción, dinero negro...
Sociedad limitada es la primera de una trilogía de novelas, que sigue con Especies protegidas y Juicio final. Argumentalmente, podríamos decir que la trama es perfecta; todo está adecuadamente encajado y cada personaje tiene el vínculo de dependencia adecuada con los demás: el futuro de cada uno no depende de sí mismo, sino de lo que otros sean capaces de ceder. El devaneo de uno, es la inestabilidad de otros.
Estamos acostumbrados, cuando se aproximan unas elecciones, a ver cómo los políticos se pelean entre sí y ante el gran público elector para mostrar sus señas de identidad, pero lo que no vemos es todo el artefacto empresarial que hay detrás. Créditos, préstamos, compra de favores entre partidos, privilegios en cuestiones urbanísticas -eso último parece que ahora sí empezamos a verlo-, movimiento de maletines repletos de dinero negro, falsas sonrisas ante la prensa... y como se dice en la novela: es posible que cuando alguien te dé un leve golpe en la espalda, en realidad esté tanteando la forma de rompértela. No puede haber frase más significativa.
El mundo empresarial y el mundo de la política van muy unidos, hay intereses afines. En Sociedad limitada -el título es claramente alusivo, una sociedad cerrada donde es difícil entrar-, vemos reflejados todos esos personajes sedientos de poder, manipuladores, manipulados y manipulables. Nada es seguro, cualquier movimiento puede variar el rumbo de las situaciones. Ferran Torrent ha sabido plasmar de forma magistral todo ese mundo de tiburones al acecho que se mueve a nuestras espaldas. No hay ningún elemento que quede descolgado y la culminación de la novela es, pura y llanamente, excelente.
Ya he dicho en otra reseña que este autor valenciano merece la pena ser leído, porque es de los buenos, sabe qué tiene que decir y cómo decirlo.
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