lunes, 14 de julio de 2008

"Grietas / Poemas del Cabo de Gata", Raúl Quinto

Grietas / Poemas del Cabo de Gata
Raúl Quinto
Editorial La Garúa
1ª edición, 2007
Género: Poesía
68 páginas
ISBN: 978-84-935624-8-9

El poemario está dividido en dos partes. Por un lado tenemos Grietas, donde el yo poético divaga por una serie de fragilidades de lo humano o, dicho de otro modo, por las grietas de una existencia quebradiza. Así, tenemos las grietas del alba, del sueño, del olvido, de los labios…

La segunda parte, distinta totalmente de la primera, se titula Poemas del Cabo de Gata y es un poemario inédito donde el autor hace un esbozo poético de un paisaje donde las estrellas están moribundas, las luciérnagas se ahogan en un mar febril y los cielos se desploman.

Grietas se editó por primera vez en una pequeña editorial granadina y solamente podía adquirirse en librerías de esta ciudad. Pero ahora la editorial La Garúa ha recuperado el poemario y lo ha reeditado para suerte de los lectores.

En el prólogo dice Raúl Quinto que en Grietas “arranca de manera contundente el custionamiento de la identidad, del Yo”. Es casi la única indicación que nos da el autor para leer el poemario. Lo demás queda en manos de la crítica, dice. Podríamos decir que lo demás queda en manos de los lectores, porque cada uno de nosotros ayudará a construir ese yo.

Un yo que se ve empujado por el tiempo, la inercia de lo cotidiano, hacia una perpetuación cíclica de nuestra miseria. Una existencia que se ve atormentada por el mundo de los sueños donde imágenes de un pasado doloroso nos asaltan debajo de la cama y “la luna es un colmillo que desgarra el colchón provocando la noche”. El ser humano es frágil y está amenazado por una muerte larga donde el olvido se apodera de su existencia. La dimensión del yo queda sepultada por viento y arena, secando los labios y la sangre. Solo el agua es capaz de borrar “los signos de la arena”.

Poemas del Cabo de Gata perfilan una visión personal y subjetiva de las costas del Cabo de Gata. La luna custodia las aguas, el mar se cae, los cielos se desploman, la luz se apaga –las estrellas y las luciérnagas-, la noche despierta, los astros sangran sobre las piedras y la arena lo cubre todo. Un paisaje que, en resumen, ayudan a conformar esa identidad del yo en un mundo agrietado.

Después de leer este poemario no queda más que felicitar a Raúl Quinto por sus versos y a Joan de la Vega –editor de La Garúa- por haber recuperado este mundo para los lectores.

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