Osman es un joven tímido que lleva una vida tranquila viviendo con su madre y estudiando ingeniería en la Universidad de Estambul. Uno de los días de clase ve a Canan, una hermosa alumna de su facultad con la que nunca ha hablado, con un ejemplar de un extraño libro, La vida nueva.
Atraído más por la muchacha que por el libro, decide comprarlo cuando lo ve, por casualidad, en una librería de viejo. Tras la lectura de La vida nueva ya nada va a ser lo mismo: los estudios de ingeniería empiezan a resultarle poco satisfactorios, así como el resto de su vida; ansía encontrar un nuevo mundo, una vida nueva que ha descubierto entre las páginas de esa novela. Tiene la imperiosa necesidad de hablar con Canan sobre el libro y cuando lo hace, ella le presenta a Mehmet, el chico que le prestó la novela a ella.
Pero ver ante sus ojos cómo un hombre dispara a Mehmet cuando empezaban a conocerse, hace que todo se complique todavía más, sobre todo cuando a esta desgracia hay que sumar la desaparición de Canan.
Osman deja atrás su vida y se lanza a la aventura, de autobús en autobús, sin rumbo fijo, con la esperanza de que algo –quizá un accidente- le empuje directo a encontrarse con un ángel que lo guíe hasta su verdadera esencia.
Si vamos a una librería y nos acercamos a la sección de bolsillo y encontramos la edición de Punto de Lectura y leemos la contraportada, nos daremos cuenta de una cita extraída de Booklist: "recomendado para el lector que quiere algo realmente diferente".
…algo realmente diferente: eso me suena a ese eufemismo cuando no te atreves a decir que algo no es ni bueno ni malo, sino pura y simplemente diferente. Claro que también podría darse el caso de que esa diferencia sea un acto de justicia al separar la calidad de La vida nueva del resto de literatura que llena los estantes de las librerías.
En cualquier caso, llegué a este libro por azar, casi como el protagonista llega a su vida nueva. Entré en una biblioteca pública de Barcelona y algún lector generoso lo había dejado olvidado a propósito en el estante de “llévate estos libros a casa, son gratis”. Agarré la novela, leí eso de que era un libro diferente, abrí las páginas iniciales y vi que el narrador explicaba que había leído un libro que le había cambiado la vida, que le había abierto los ojos hacia un mundo nuevo, pero difícil de alcanzar del todo. Quien más, quien menos, todos hemos sufrido esa sensación de cambio radical tras una lectura determinada, así que me lo llevé a casa y lo empecé esa misma noche.
Y sí, sin duda es un libro diferente. La novela se presenta como un guiño al amor a los libros, a la literatura, a esa que te deja huella. Osman nos habla de un libro que trastorna, que cruza los mundos de la vida y de la muerte para encontrar un tercer mundo –quizá no demasiado separado de los dos primeros- para poder permanecer ahí. Pero para llegar a él no hay que buscar, sino dejarse llevar para encontrar: así, hasta un accidente de autobús puede ser la puerta a esa vida nueva.
Ese mundo no causa un estado de regocijo interior, sino una angustia constante, es la puesta en marcha de una búsqueda por ciudades de Turquía a la vez que es un proceso de autoreflexión que hace cada personaje que lee esa misteriosa novela.
Junto con esa angustia, vertebran también la novela otros factores escritos con la más absoluta picardía: los pros y los contras de la occidentalización en la sociedad turca, por ejemplo. Unos ciudadanos que ven con buenos ojos los avances de occidente y otros que buscan la pureza de la tradición turca más arraigada.
Y otra vértebra, ésta aún más aguda, como un guiño a Ray Bradbury: los libros, a fin de cuentas, sirven para hacer pensar y ello puede llevar al lector a la desdicha, por lo que deben ser prohibidos y los atrevidos lectores observados, delatados, perseguidos y en algunos casos sometidos a ese macabro juicio farenheitiano.
El argumento está impregnado de extrañeza hasta el final, donde el lector deberá, casi seguro, reflexionar si lo que ha leído es un completo sinsentido –una paranoia del autor- o una perspicaz y voluntaria estrategia narrativa para compartir con nosotros –lectores- unas inquietudes existenciales. Yo sigo pensando…
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