Pepe Viyuela
Editorial: Amargord Ediciones
(1ª edición: Madrid, 2008)
Género: Poesía
80 páginas
ISBN: 978-84-87302-86-2
Aunque cuando muchos oigan el nombre de Pepe Viyuela, lo asocien con su papel en la serie de televisión Aída o por sus interpretaciones en las películas de Mortadelo y Filemón, lo cierto es que Viyuela, además de actor, es poeta. Prueba de ello es su reciente poemario publicado por Amargord Ediciones: Las letras de tu nombre.
Género: Poesía
80 páginas
ISBN: 978-84-87302-86-2
Aunque cuando muchos oigan el nombre de Pepe Viyuela, lo asocien con su papel en la serie de televisión Aída o por sus interpretaciones en las películas de Mortadelo y Filemón, lo cierto es que Viyuela, además de actor, es poeta. Prueba de ello es su reciente poemario publicado por Amargord Ediciones: Las letras de tu nombre.
En este poemario, el yo poético se debate entre la necesidad de expresar unos sentimientos y la imposibilidad de transmitirlos. El deseo queda contenido en el silencio y apenas puede configurarse en palabras y menos en versos. Pero ese yo poético es correspondido precisamente por la mirada, ese flujo de información que resulta más poderoso que el lenguaje oral. En el abismo de unos ojos el poeta se reconoce y averigua que siempre ha habido un amor correspondido, aunque no encontrado: dos personas que se buscan mutuamente, pero que no se encuentran.
Hay un cierto lamento por esa contención, por las palabras no dichas, por las caricias no liberadas. El yo poético, en ocasiones, demuestra que con suerte solamente puede expresar escribiendo versos en la arena, pero el agua de las olas rápidamente borra ese esfuerzo. Otras veces las palabras se quedan pegadas al paladar y se deshacen porque no son dichas, ni son escuchadas por nadie, conformando así el pesar por el silencio envolvente.
El mar es, precisamente, un lugar de unión simbólica, una inmensidad donde zozobrar ante ese amor contenido. El mar es el sitio donde sentirse náufrago, apartado del mundo, sin querer en ningún momento regresar a la normalidad de las ciudades. El yo poético se muestra como un ser ahogado, que busca “encontrar un rincón sin referencias” y “un lugar no inventado / que se abre exclusivo para el verso, / inaccesible, en el que nadan / los dioses por las tardes”.
Las letras de tu nombre resulta ser un grito de amor descarnado. Tiene el punto justo de sencillez expresado con el tono poético adecuado. Unos versos equilibrados, pero a la vez llenos de fuerza. Interesante espectáculo poético el que nos brinda Pepe Viyuela con su último libro.
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