lunes, 25 de octubre de 2010

'Brooklyn', Colm Tóibín

Brooklyn
Colm Tóibín
Editorial Amsterdam (cat.) / Lumen (cast.)
1ª edición, septiembre de 2010
Trad. de Ferran Ràfols (cat.) / Ana Andrés (cast.)
Género: Novela
238 pgs / 256 pgs
ISBN: 9788492941056 (cat.)
ISBN: 9788426417701 (cast.)

De Colm Tóibín se ha dicho que es el nuevo Henry James por su capacidad de reflejar la sociedad a través de la mirada profunda e intimista de sus personajes. En el caso de Brooklyn, que publica Amsterdam en catalán y Lumen en castellano, la protagonista es una joven irlandesa que decide irse a Nueva York para encontrar un futuro mejor. Lo que muestra la novela son todos aquellos clichés de los americanos años 50: la independencia de la mujer, la convivencia entre negros y blancos y, básicamente, el despertar de una sociedad que nota que algo está cambiando lentamente.

Tóibín, profesor de literatura y crítico literario además de escritor, tiene su propia teoría de la novela y ésta apunta a una escritura más bien clásica, de estructura lineal y de pocos sobresaltos en la historia; en definitiva, recuperar las novelas de autores como Henry James o Jane Austen y acercarlas al siglo XXI. Sin embargo, esa manera de entender la narrativa puede hacer que algunos lectores de Brooklyn acaben la lectura habiendo necesitado algo más de acción, como ha sido mi caso.

El ritmo de la novela es pausado, incluso diría que apenas pasa nada, lo cual concuerda con el objetivo del autor: que todo lo que sepamos nos llegue a través del mundo inmediato de su protagonista. En este sentido, Tóibín ha preferido no añadir más ficción a la vida que él ha imaginado para Ellis, una mujer con inquietudes aparentemente simples para el lector del siglo XXI, pero complejas para 1950. No puedo negar que probablemente soy uno de los pocos lectores que se han aburrido soberanamente con este libro. Al final acabo comprendiendo la teoría de la novela de Tóibín, pero me desmarco del bombo que se le está dando a Brooklyn; Carmen Laforet escribió una historia semejante con Nada y supo dotarla de más acción (que ya es decir).

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